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📌¿Como era Labastida en la edad media?

El bastidarra Jesús Atxalde nos quiere presentar a través de este blog un libro en el que se habla de cómo era Labastida antes de que el pueblo existiese como tal. Nombra varias aldeas y lugares habitados que había en el término municipal antes de Labastida villa.

Está escrito por 3 profesores compañeros suyos de la Universidad. Ernesto García Fernández, Félix López López de Ullibarri, y José Ramón Díaz de Durana Ortiz de Urbina. Un libro muy interesante señala «Atxalde» su seudónimo con el que firma para quienes quieran saber qué había en los alrededores de Labastida antes de su fundación como villa.

Los autores de este libro son tres profesores de la Facultad de Historia de la U.P.V. quienes, se sumergen en la nebulosa de los siglos de la Alta Edad Media y plantean sus hipótesis históricas del amplio término de la villa. Las teorías que plantean, señala Atxalde no resultan en modo alguno arriesgadas por cuanto han hecho un trabajo de campo riguroso basado en diferentes evidencias que les han permitido aventurarse en aquellos siglos oscuros de la protohistoria bastidarra.

Labastida

Son momentos convulsos en los que el progresivo paso de gente de allende el Toloño hacia el sur y la retirada de los musulmanes por la presión de los cristianos se va poniendo de manifiesto paulatinamente. Lo que en el texto se plantea abarca desde los primeros núcleos poblacionales habidos en el municipio antes de la concesión de la carta de población o Fuero de Labastida, otorgado por el rey castellano Fernando III “El Santo, hasta la concesión del mismo. En otras palabras, plasman los antecedentes históricos del territorio de Labastida sobre todo del VIII al XIII. Resulta evidente que desde la más temprana Edad Media existían en el término de Labastida una serie de pequeñas poblaciones relativamente importantes, sobre todo hacia la Sierra.

Cuatro de los cinco centros habitados más fundamentales antes de la concesión del Fuero estaban en las cercanías de Toloño, allí donde los bosques y terrenos comunales favorecían la subsistencia de personas y ganados. La excepción es la aldea o pequeño asentamiento que sin duda hubo en la ermita de Santa Lucía, junto al Ebro. Al efecto, conviene tener en cuenta que la reconquista de La Rioja Alta se produce en la primera mitad del X. Hasta entonces, los habitantes estuvieron sujetos al pago de tributos a los musulmanes. Tabuérniga, (en el pueblo la llaman la “Casa del Moro”) por ejemplo, estuvo sujeta al dominio musulmán hasta mitad del VIII. Tal circunstancia se mantuvo hasta Alfonso III a fines del IX.

Desde el siglo X, a medida que la llamada reconquista avanza en la Península Ibérica, la población fue creciendo de norte a sur (de las estribaciones del Toloño hacia el Ebro) y se fue acentuando en los siglos XI y XII. Desde la cara norte del Toloño, grupos de personas de origen vasco, al principio pastores y posteriormente también agricultores, atraviesan la sierra y se van asentando en los terrenos del municipio.

«Las cicatrices del tiempo » está a la venta en la oficina de turismo de Labastida (12€)

Desde esos pretéritos momentos, conviven gentes latinizadas y poblaciones de origen euskaldún, según se desprende de los nombres de los términos del municipio (Vide el libro “La M.N. y M. L. Villa de Labastida”, páginas 309 a 314) con especial relevancia en la zona del euskera y, por otro lado, de la hagiotoponimia mozárabe de la zona. Así, afirman los autores del libro que Erramelluri o Remelluri es una repoblación de la familia de los Herramel, condes de Álava en la 1ª mitad del X, o Motilluri. Fueron pequeñas aldeas o centros de explotaciones señoriales de antes de la fundación de la villa en 1242.

La presencia cada vez mayor de los conocedores del euskera que se asientan en la zona de Labastida en busca de pastos para el ganado o roturando terrenos para cultivarlos es muy clara antes del Fuero. Por otro lado, numerosos centros de veneración en sus alrededores testifican una organización social y espacial de los entornos del pueblo (Sta. Mª del Toloño, Santa Eulalia, Santa María del Torrentillo en el s. XI o Torrontejo en el s. XII (ambas son la misma y aparece en el cartulario de San Millán de la Cogolla del s. XI), Santa Lucía, Santiago, San Ginés, San Andrés de Muga, San Roque, Santa Sabina de Remelluri en el s. XIII, San Pelayo, Santimia, San Martín de Mutillori, San Clemente, San Cristóbal, San Julián… Son santos muy celebrados entre los mozárabes del VIII al X.

La inmensa mayoría de ellos son poblamientos anteriores a la Carta Foral. Por último, resulta altamente destacable la existencia de varias necrópolis altomedievales antropomorfas, tales como Santa Eulalia, San Martín de Motilluri, la Fonsagrada, San Martín IX (analizados por Armando Llanos), San Ginés el Viejo, … Estos conjuntos de sepulturas, de los siglos IX y X no vienen sino a reafirmar la teoría de la existencia de bastantes núcleos poblacionales en la Alta Edad Media en los entornos de la villa.

El Fuero otorgado por Fernando III de Castilla, cuyo primer testimonio escrito data de 20 de marzo de 1242, en Valladolid, no fue sino la consolidación última del proceso de poblamiento en el núcleo de la villa y Labastida queda incorporada a Castilla, mientras San Vicente de la Sonsierra sigue siendo de Navarra. Sin duda alguna, el libro profundiza en otros estudios anteriores planteados en otros volúmenes y ayudan a los bastidarras a rendir el merecido homenaje a aquellos antepasados, visigóticos, mozárabes o euskaldunes, que nos legaron la esplendorosa y fascinante villa de la que sus descendientes podemos disfrutar.

Este libro editado por la Diputación foral de Álava en 1990 prácticamente está agotado y es muy difícil de conseguir, aunque sí en PDF se puede conseguir una ficha del mismo: https://mega.nz/file/GVgg2CpA#rXxzvTjgiCvFok0V8NotPw_omHfl-oYRKsHFiWxePtA

Jesús Maria Pérez García “ATXALDE

ATXALDE: (Es un término del campo que está en dirección a San Vicente de la Sonsierra, entre Montebuena y Las Piletas (otros dos términos).

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