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📌Fuego purificador en Rioja Alavesa: “Marchos, mañas, rondas y lumbradas»

El descubrimiento del fuego representó un cambio esencial en la vida de nuestros antepasados. Resultó determinante en el desarrollo de nuestra especie, nos hizo evolucionar y convertirnos en lo que somos.
A lo largo de la historia, nos hemos sentido fascinados por su fuerza y por su poder. La veneración a este elemento natural ha sido un rasgo característico de casi todos los pueblos de la Antigüedad.

Hoy en día, son muchas las tradiciones espirituales que asocian el fuego con lo divino. El fuego era símbolo de cambio, de purificación y de sacrificio en la mitología griega. El fuego sagrado ardía en el Templo circular de Vesta en la antigua Roma. 

Más allá de la Edad Media, los hogares de los habitantes de los pueblos se contaban por fuegos. El catolicismo nos habla del purgatorio, fuego interior que purifica las almas.
El fuego purifica, acaba con lo malo, con las malas intenciones, con la mala suerte y lo deja todo preparado para que florezca lo bueno.


La víspera de la fiesta de la Inmaculada, día 7 de diciembre y coincidiendo con el momento del solsticio de invierno, el cielo de muchos pueblos de la comarca se iluminará con la luz de cientos de hogueras y de antorchas cuyo fin es el de limpiar sus calles, sus casas y expulsar así a los posibles malos espíritus que habitan en ellas.


El primer testimonio escrito en el que se habla de la existencia de esta tradición en nuestra zona se remonta a mediados del siglo XVI y lo encontramos tanto en el pueblo de Kripan como en el de Labastida con su ronda.
En pueblos como Navaridas, Samaniego o Leza queman las Mañas, haces de espliego que elaboran meses antes las personas de mayor edad y que portan ya prendidas, la tarde mágica del día 7, los y las niñas recorriendo las calles, dejando tras de sí, un olor embriagador que permanece durante horas.


En el pueblo riojano de Fuenmayor se celebran los Marchos. Existe una curiosa leyenda que se ha transmitido de generación en generación. Durante la Guerra de la Independencia, como el ejército francés iba tomando posiciones cercanas al pueblo con el fin de conquistarlo, sus habitantes, valiéndose de su ingenio, decidieron prender hogueras a las puertas de sus casas para hacer creer al enemigo que el pueblo había sido ya saqueado.

» Los Marchos en Lanciego,»


También en Lanciego y en Lapuebla de Labarca hablaremos de Marchos. En este último se construye una gran hoguera en la plaza del pueblo y allí, vecinos y vecinas, se reúnen a saborear patatas asadas y choricillo.


En Lanciego nuestros mayores nos aseguran que los Marchos se han hecho “desde siempre”. Recuerdan salir a saltar, desde su tierna infancia, las grandes hogueras de romero que hacían sus mayores en prácticamente todas las calles del pueblo.

Finalizada la diversión de brincar los fuegos, no sin sufrir algún que otro tropezón, se procedía a asar el fruto por excelencia del invierno, ricas castañas con las que se deleitaban quienes allí se reunían compartiendo charlas, anécdotas y buenos momentos. La tarde del jueves día 7, rememoraremos aquellos tiempos así que, estáis todos y todas invitadas a acercaros hasta aquí.

Raquel Zabala Compañón.

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