📌La residencia de Samaniego volverá a abrir en 2025 con menos plazas, tras una inversión de casi 10 millones de euros

La Diputación Foral de Álava acometerá a partir de este año las obras para la remodelación integral y la ampliación de la residencia foral Samaniego para personas mayores, uno de los más antiguos centros residenciales que gestiona del Instituto Foral de Bienestar Social (IFBS). La intervención forma parte del plan de reforma y modernización de los centros forales, financiado por los Fondos Next Generation EU, en el marco del Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia.

Para la rehabilitación completa del edificio, se destinarán 9,6 millones de euros, lo que convierte a esta reforma en la de mayor envergadura de las que se llevan a cabo en las residencias forales.

Está previsto que el Consejo de Gobierno Foral apruebe el próximo martes, a propuesta del Departamento de Políticas Sociales, el expediente de licitación de las obras, que se espera puedan dar comienzo a partir del próximo mes de julio. El plazo máximo de ejecución de las mismas será de 18 meses, por lo que se prevé que la reforma podría estar concluida para finales de 2024 o principios de 2025.

La remodelación va a consistir en una reestructuración completa de los espacios. Esto incluye la demolición total del interior de la residencia, así como una ampliación de las plantas baja y primera, con lo que la residencia ganará 765 m2.

El equipamiento está desocupado desde el pasado mes febrero, cuando finalizó el traslado de las personas usuarias y el personal a otras residencias mientras duren las obras.

El diputado general de Álava, Ramiro González, ha presentado esta mañana en la residencia situada en Samaniego el proyecto de edificación, un acto en el que ha estado acompañado por Cristina González y Emilio Sola, responsables de los departamentos de Fomento del Empleo, Comercio y Turismo y Administración Foral, y de Políticas Sociales, respectivamente, y el director gerente del IFBS, Patxi Antón, entre otros representantes institucionales, así como por el arquitecto jefe del Servicio de Arquitectura, Javier Olmeda, y la redactora del proyecto, la arquitecta del mismo servicio Nerea Otaduy.

Una nueva unidad de psicogeriatría

“Inicialmente, el perfil de las personas mayores era de cierto nivel de independencia personal. Pero este perfil ha ido cambiando y ha pasado a asumir personas con deterioro cognitivo de la zona de Rioja Alavesa. Las personas mayores que viven en los centros residenciales forales son más mayores, más dependientes, más frágiles y presentan, con frecuencia, diferentes grados de deterioro cognitivo y enfermedad mental. Por ese motivo, aunque la residencia se ha ido adaptando a estas nuevas necesidades, es necesario contar con unidad de psicogeriatría para atender personas mayores con demencia”, ha explicado el diputado general.

Con estas intervenciones, el edificio se adaptará, en primer lugar, a las actuales necesidades y parámetros de atención residencial a personas mayores, que buscan espacios más hogareños y familiares. La ampliación permitirá que la mayor parte de las habitaciones sean individuales, frente a la distribución actual, con todas las habitaciones compartidas. Al finalizar la rehabilitación, 37 de las 39 habitaciones serán individuales. Esta ampliación de espacios y mejora de la intimidad de las personas residentes implica la reducción total de plazas, que pasarán de las 48 actuales a 41, distribuidas en dos unidades convivenciales reducidas, de 21 y 20 residentes. El centro se completa con 4 plazas de atención diurna.

En segundo lugar, la reforma permitirá que el edificio esté adaptado a la normativa actual vigente, tanto en materia de accesibilidad y protección contra incendios, como en sostenibilidad energética.

La reorganización es completa y consigue optimizar la distribución de las habitaciones y su relación con los espacios comunes de convivencia. La nueva distribución se organiza en torno a dos unidades convivenciales. La planta baja estará destinada a personas con perfil asistido, y contará con una zona pública junto al acceso al edificio situado a cota cero, lo que permitirá la accesibilidad total del edificio. En la primera planta tendrán su residencia las personas con perfil psicogeriátrico. Estas dos plantas de convivencia contarán con terrazas y pérgolas.

La planta segunda y entrecubierta dará servicio a otros usos, como son el administrativo, salas de terapia, biblioteca y usos múltiples, y la planta sótano se destinará a servicios y almacenes.

Ampliaciones en las fachadas norte y sur

La ampliación en la fachada norte consiste en la creación de un nuevo núcleo de comunicaciones que conecte todas las plantas del edificio, con escalera y ascensor montacargas. Este volumen adosado se aprovecha para generar un porche sobre la entrada principal al edificio. En la fachada sur, el anexo de ampliación servirá para aumentar el espacio de las habitaciones en la planta baja y en la primera, que serán en su mayoría individuales.

Todos los espacios en los que se prevé el uso por parte de las personas residentes se dimensionan para permitir el movimiento de camas o elementos de gran tamaño. Asimismo, será posible la instalación de una decena de grúas para el traslado de las personas mayores. Por necesidades de evacuación, se necesitan dos escaleras protegidas frente a los incendios, que se ubicarán en puntos opuestos del edificio.

El edificio contará con sistema de climatización de aire, y el sistema de calefacción será mediante suelo radiante, con generación de calor y refrigerante a partir de fuentes renovables, que combinan geotermia y aerotermia. Se instalarán placas fotovoltaicas en la cubierta para la producción de energía eléctrica. El edificio contará con una etiqueta energética A.

Txomin Ruiz.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *