Así lo afirma el último informe de evolución de campaña del Servicio de Viticultura y Enología de la Diputación Foral de Álava. El mildiu, una enfermedad fúngica que afecta a cultivos como la vid, ha impactado con fuerza los viñedos de Rioja Alavesa en la campaña de 2025, amenazando la producción y la vendimia. Esta patología, caracterizada por manchas en las hojas y, en casos graves, la pérdida de racimos, se propaga en condiciones de alta humedad y temperaturas moderadas.
Las precipitaciones abundantes y las temperaturas por encima de la media durante abril y mayo crearon un entorno ideal para su desarrollo, coincidiendo con la fase crítica de floración-cuajado del viñedo, un momento clave para la fructificación. Este contexto, agravado por problemas de cuajado y el fenómeno del “corrimiento” patológico, ha generado mermas significativas en la cosecha, con pérdidas que oscilan entre el 10 % y el 80 % de los racimos, dependiendo de la parcela. Las zonas bajas, cercanas al río Ebro o con suelos pesados, han sido las más afectadas, mientras que los viñedos en áreas elevadas o mejor ventiladas han sufrido daños menores.
Desafíos en el Control y Perspectivas Económicas
Las condiciones climáticas de mayo, con temperaturas superiores a 14-15 ºC (con picos que superaron los 20 ºC) y lluvias intensas de hasta 151 mm diarios, favorecieron tanto la contaminación primaria como la secundaria del hongo, exacerbadas por nieblas persistentes y un vigoroso desarrollo vegetativo.
A mediados de mayo, los primeros focos de mildiu eran evidentes, pero las fuertes lluvias impidieron aplicar tratamientos preventivos en muchas parcelas, especialmente en terrenos con mal drenaje. A principios de junio, el calor y las precipitaciones intensificaron la enfermedad, que se extendió de las hojas a los racimos, causando daños severos en algunos casos se señala en el informe.
La aplicación de fungicidas sistémicos, penetrantes y de contacto ha permitido contener la propagación en ciertas explotaciones, pero la escasez de materias activas, también demandadas en otras regiones como Rueda o Jerez, ha complicado el control.
Además, los viñedos gestionados en ecológico, con restricciones en tratamientos curativos, han registrado una mayor incidencia. A finales de junio, muchas explotaciones habían aplicado hasta ocho tratamientos fitosanitarios, lo que anticipa un impacto económico significativo para el sector vitivinícola de Rioja Alavesa concluye el informe.
Txomin Ruiz.