La campaña de aceituna en Rioja Alavesa ha concluido con cifras mejores que las de 2022, aunque aún son bajas. Después de la histórica baja producción en 2022, con un 60% menos de aceite, en 2023 se registró una mejora leve. Este año, en las almazaras de APRORA, se molturaron 650.000 kilos, marcando un descenso del 25% en comparación con los 875.000 kg de 2021. El rendimiento también se vio afectado por la sequía, obteniéndose 120.000 litros de aceite frente a los 175.000 de 2021, representando un 31% menos.
Según informa el sindicato UAGA que recoge los datos de APRORA ( La Asociación Para la Promoción del Olivo y del aceite de Rioja Alavesa) la última campaña ha transcurrido sin contratiempos. A diferencia de las dos anteriores, donde las lluvias prolongadas retrasaron la cosecha, en 2023 fue una campaña corta en la que la mayoría de las aceitunas se recolectaron en óptimas condiciones para garantizar la máxima calidad del aceite. En Rioja Alavesa hay en estos momentos 300 hectáreas de olivos destinadas a la obtención de aceite de la variedad Arroniz, la que mejor se adapta al suelo de nuestra comarca.
El cultivo del olivo en Rioja Alavesa tiene raíces milenarias, datando de hace más de 2.000 años. La presencia romana en la región impulsó su implantación y desarrollo, una tradición que perdura hasta nuestros días. Aunque la superficie alcanzó un máximo histórico de 1.100 hectáreas, experimentó un declive y solo recientemente ha comenzado a recuperarse lentamente.
Txomin Ruiz.