¿Qué hubiera sido de los caminos de montaña sin los arrieros? Ellos fueron los antecesores de los actuales senderistas, aquellos que recorrían las vías de comunicación que unían los pueblos entre sí para transportar mercancías básicas. En el caso que nos ocupa, entre Rioja Alavesa y la Montaña, surcando la Sierra de Cantabria.
Hoy en día, los caminos que antes eran transitados por los arrieros son ocupados por decenas de entusiastas caminantes que disfrutan del paisaje. Un ejemplo de ello es la próxima marcha organizada por el Ayuntamiento de Lanciego, que tendrá lugar el sábado 20 de julio.
Para rendir homenaje a estos sufridos del camino que se ganaban la vida llevando y trayendo productos a todos los rincones de nuestra geografía, este camino se ha recuperado hace unos dos años del olvido en su primer tramo partiendo desde la capital riojana.
La concejala del Ayuntamiento de Lanciego Rakel Zabala nos recuerda que hace apenas dos meses, más de 100 senderistas se lanzaron a recorrer, un año más, parte de un antiguo camino arriero que cruzaba la Sierra de Cantabria y que remontando el rio Ebro, desde Zaragoza, se dirigía hacia el norte, pasando por pequeños pueblos alaveses como Viñaspre o Villafría.
Los arrieros, a lomos de sus bestias, fueron fundamentales para la economía de los pueblos. Transportaban productos del campo que comercializaban en otros lugares, un duro oficio que perduró durante siglos y que contribuyó a establecer una serie de rutas naturales que se han conservado a lo largo del tiempo.
Gracias a los datos aportados por el etnógrafo e investigador Salvador Velilla, sabemos de la existencia de este camino ya desde principios del siglo XVI. El día 20 de julio, desde el ayuntamiento de Lanciego, os invitamos a realizar otro de los tramos de esta ruta.
Aquellas personas que se animen a pasar una bonita mañana entre viñedos recorrerán alrededor de 12 km, que son los que separan el acceso desde el conocido como monte “El Corvo”, en tierras riojanas, hasta el pequeño pueblo de Viñaspre.
En la otra orilla del río Ebro, donde actualmente se ubican las piscinas municipales de Las Norias, según los datos aportados por Velilla, sabemos que existió un antiguo molino del que se tienen noticias ya desde principio del siglo XVII. En el año 1910 se transformó en una central eléctrica.
Una vez ya iniciada la ruta, tras dejar atrás el pequeño cerro, que probablemente pudo contar con un castillo, y tras pasar por un cruce de caminos, continuando hacia el norte se llega a Viñaspre pero antes, quien realice la ruta, se encontrará con un pequeña edificación. De nuevo, un molino, del que se sabe que hacia el año 1667 el pueblo tuvo que hipotecar, entre otros bienes, para poder pagar el privilegio de Villazgo.
Volviendo a la marcha de este año cabe recordar que el plazo de inscripción finaliza el próximo día 12 de julio y que es gratuita.
Rakel Zabala
Txomin Ruiz.