La Diputación Foral de Álava sigue dando pasos para reforzar la población de especies en peligro de extinción en nuestro territorio, como el águila Bonelli, a través del proyecto Aquila a-LIFE de la Unión Europea. Este proyecto está dando resultados muy positivos y ahora celebramos un nuevo hito: la reintroducción de un ejemplar criado en cautividad, que ha crecido en condiciones especiales.
En concreto, se ha introducido un polluelo mediante un proceso llamado «fostering», donde una pareja de águilas Bonelli compuesta por dos hembras, “Soraya” y “Hegoa”, se ha encargado de su cuidado y protección. Estas dos águilas son las que actualmente ocupan el único territorio de la especie en Álava, ubicado en Campezo.
La introducción del polluelo se hizo sustituyendo los huevos infértiles que las madres estaban incubando por este pequeño águila. Así, cuando las águilas regresaron al nido, encontraron al polluelo y lo aceptaron como suyo. Esta acción se llevó a cabo en abril.
Después de unos meses de cuidado por parte de sus dos madres, que se turnaban para alimentarlo y protegerlo, el ejemplar, al que han puesto el nombre de “Entzia”, ha seguido su desarrollo natural. Ahora, ya ha dejado el valle de Campezo y se ha dispersado para comenzar su vida independiente. Dado que las águilas Bonelli suelen regresar a su lugar de origen, hay una buena posibilidad de que Entzia termine estableciendo un nuevo territorio de reproducción en Álava.
El águila Bonelli es una especie prioritaria cuya población ha disminuido más del 75% en el norte de la península. Por eso, como ha comentado la diputada foral de Desarrollo Económico y Sostenibilidad, Saray Zárate, “llevamos 25 años trabajando en la recuperación de esta especie, y ahora lo hacemos dentro del periodo after LIFE del proyecto europeo AQUILA a-LIFE, en colaboración con Navarra, Madrid, Mallorca, Francia e Italia”.
Desde 2015, la Diputación Foral ha reforzado la población de águilas Bonelli reintroduciendo 32 ejemplares en tres áreas estratégicas del territorio: Campezo, Sobrón y Sierra Cantabria.
Hoy en día, gracias a un sistema de geolocalización que incluye un dispositivo GPS solar, podemos seguir sus movimientos y conocer las principales amenazas para su conservación.
Txomin Ruiz.