El Museo de Bellas Artes ha querido desplazar a Lanciego su exposición permanente sobre el escultor Alavés, de la que era originario, Lorenzo Fernández de Viana.
La exposición se compone de numerosas reproducciones fotográficas antiguas y actuales en gran formato, un total de 26, que junto a varios textos ayudan a contextualizar su figura. La propuesta expositiva incluye apartados que recogen algunas de sus obras más importantes en distintos géneros y temas, como la escultura religiosa, conmemorativa, funeraria, o la escultura alegórica vinculada a la arquitectura civil.
En formato de reproducciones fotográficas, estará durante todo el verano en varias salas del Ayuntamiento de Lanciego, y en donde se podrá visitar los viernes y sábados de entre las 7 y 8 de la tarde.
Para completar la muestra, la investigadora Ana Arregui Barandiarán impartirá una conferencia sobre la vida del escultor el 15 de julio. La muestra fue ayer viernes inaugurada por la diputada foral de Cultura y Deporte, Ana del Val, la alcaldesa de Lanciego, Itziar de Álava, la responsable del Museo de Bellas Artes, Sara López de Aspuru, la investigadora Ana Arregui y algunos representantes institucionales tanto del Ayuntamiento como de las Juntas Generales de Álava.
- Para Ana del Val, “nuestro Museo trabaja convencido de la importancia de recuperar la figura de este artista, único escultor reconocido en ese momento en Álava, y fue así como durante meses, desde el pasado octubre, realizó una exposición en el propio Bellas Artes»
El proyecto tiene su origen en la reciente muestra que el museo le dedicó a Lorenzo Fernandez de Viana entre octubre y marzo de 2022. La exposición, junto al catálogo que le acompañó, constituye el estudio más amplio sobre Viana y cumple el objetivo del museo de recuperar su figura como único escultor reconocido de ese momento en Álava.
La vida de Lorenzo Fernández de Viana (Lanciego, Álava, 1866 – Bilbao, 1929) se enclava cronológicamente en la transición de los siglos XIX y XX. Ejemplifica perfectamente al artista que se inicia como artesano y con su posterior formación llega a la plenitud como escultor. Sus inicios como ebanista, su paso por la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria y su posterior formación en Madrid y París, le permiten abrir el único taller de escultura en la ciudad, donde realizará una importante obra, tratando todos los géneros.
Hay que destacar su trabajo en la Catedral Nueva, primero como escultor y posteriormente también como docente en la Escuela de Talla y Modelado, surgida por las necesidades formativas en materia escultórica que exigía este ambicioso proyecto. Aunque desarrolló la mayoría de su actividad en nuestra provincia, su marcha a Argentina marcará otra de sus etapas vitales y profesionales en la que desarrollará obras de envergadura en ciudades como Mar de Plata o Buenos Aires. Tras su regreso a España en 1916, se instala en Bilbao donde realiza, a partir de entonces, una obra más convencional, de pequeño formato y temática costumbrista. Fallece en esa ciudad en 1929.
Txomin Ruiz.