En realidad, su nombre es Perseidas, pero en Euskadi son más conocidas como «Lágrimas de San Lorenzo» por la forma en que caen del cielo y por tener lugar en fechas cercanas a la celebración de este santo (10 de agosto). Son una lluvia de meteoros que cada verano cae sobre el hemisferio norte.
Desde el año 2018, los vecinos de esta localidad se acercan a una pequeña elevación con excelentes vistas hacia el Ebro y la Sierra de Cantabria, lo que les permite, en una noche de verano y con el cielo totalmente despejado, observar las famosas Perseidas o estrellas fugaces que, en esta época del año, salpican el cielo con una lluvia de estrellas durante varios días.
Baños de Ebro: el pueblo que se detiene para presenciar el llanto de las estrellas
Bueno pues a los vecinos de Baños de Ebro les gusta mucho subir a verlas y de paso disfrutar de una agradable velada de una actividad de las muchas que organiza la asociación «Los Clásicos» de esta localidad que inicialmente se formó con el objetivo de reunir a vehículos y motos clásicas un día al año en este municipio, y poner el nombre del pueblo en el mapa de hecho en alguna ocasión llegará a reunir cifras de más de 140 entre vehículos y motos. El caso es que la cosa fue a más y desde entonces realizan durante todo el año más actividades para dinamizar el pueblo. Empezaron ocho personas y ahora son una treintena.
La organización logró con creces su objetivo: anoche, cerca de 200 personas se reunieron en el «Alto del Ramo» para disfrutar de una cena al aire libre, acompañada por los vinos de unas diez bodegas locales y la música en vivo de la banda de rock clásico «Hierónice», de Miranda de Ebro. La banda conectó tanto con el público que, sin querer despedirse, extendieron su actuación mucho más de lo previsto, añadiendo nuevos temas al repertorio. El ambiente era perfecto, con una temperatura agradable de unos 28 grados a medianoche, que invitaba a disfrutar de un buen vino fresco, servido en la copa de la asociación, que se podía recargar cuantas veces se quisiera.
Uno de los miembros de la asociación nos contaba que este evento nació casi por casualidad: el primer año que lo organizaron fue porque les había sobrado vino de la concentración anual de coches y motos clásicas, y que realizan el primer domingo del mes de julio en puertas de las fiestas de San Cristóbal que celebran en Baños de Ebro.
Y así, surgió la idea de subir a este mirador y celebrar la lluvia de estrellas de San Lorenzo con música en vivo. Comenzaron con un dúo que interpretaba éxitos de los años 80 y 90, pero con el tiempo, el evento ha evolucionado hacia un ambiente más rockero, atrayendo cada año a más asistentes.
Desde entonces, antes de la celebración, se adquiere el vino directamente de las bodegas del pueblo, que luego es repartido entre los asistentes. La gente disfruta al máximo de este evento, trayendo su propia cena y, entre trago y trago, canción tras canción, mirando al cielo con la esperanza de avistar las Perseidas. Aunque estas estrellas fugaces son una excusa perfecta para subir a cenar, la verdadera misión es disfrutar de una agradable velada rodeados de amigos y vecinos, e incluso de gente de localidades cercanas.
Este evento, que se mantiene discretamente sin mucha publicidad debido al reducido espacio disponible, es sin duda una experiencia que vale la pena vivir. Sin tener que juzgar las imágenes que compartimos, damos fe y aseguramos que nos lo pasamos muy bien. Baños de Ebro: el pueblo que se detiene para presenciar el llanto de las estrellas.
Txomin Ruiz.