Ha sido la historiadora sobre arte Alavés Ana Arregui Barandiarán la encargada de impartir una conferencia sobre uno de los hijos más ilustres de esta localidad «Lorenzo Fernández de Viana» un personaje muy polifacético y uno de los máximos referentes de la escultura alavesa de principios del siglo XX.
Su afición a la música, al margen de la escultura le hizo viajar hasta Buenos Aires, con su flauta. Además, en la iglesia y en casa ha recordado Ana Arregui solía tocar el vello y el contrabajo y formaba un cuarteto con tres de sus hijos. No debería de extrañarnos, no en vano procedía de Lanciego, donde tanta tradición tiene la música y de donde han salido ilustres músicos como Sebastián de Iradier Salaverri.
Sus inicios como ebanista, su paso por la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria y su posterior formación en Madrid y París, le permiten abrir el único taller de escultura en la ciudad, donde realizará una importante obra, tratando todos los géneros. Hay que destacar su trabajo en la Catedral Nueva, primero como escultor y posteriormente también como docente en la Escuela de Talla y Modelado, surgida por las necesidades formativas en materia escultórica que exigía este ambicioso proyecto.
- En formato de reproducciones fotográficas, una exposición permanece abierta durante todo el verano en una de las salas del Ayuntamiento de Lanciego abierta para su visita de lunes a viernes de 10 a 12 de la mañana, asi como los viernes y sábados de 19 a 20 horas.
La exposición se compone de numerosas reproducciones fotográficas antiguas y actuales en gran formato, un total de 26, que junto a varios textos ayudan a contextualizar su figura. La propuesta expositiva incluye apartados que recogen algunas de sus obras más relevantes en distintos géneros y temas, como la escultura religiosa, conmemorativa, funeraria, o la escultura alegórica vinculada a la arquitectura civil.
Lorenzo Fernández de Viana, también dejaría su huella precisamente en la ciudad de Viana donde una placa tallada en la fachada de la casa del político, periodista y escritor Francisco Navarro Villoslada le recuerda.
Txomin Ruiz