Lejos queda el año 1948, cuando por primera vez se planteó la celebración de una romería que sirviera para hermanar a los habitantes de la comarca en la ermita románica de Berberana. Esta aldea, que durante siglos dio nombre a la ermita, se encuentra ubicada en la ladera sur de la Sierra de Cantabria.
Según los historiadores, los habitantes de la localidad la abandonaron a raíz de los azotes de pestes y otras calamidades de los siglos XVI y XVII. Hay indicios de que el pueblo de Berberana existió hasta principios del siglo XVIII.
Entre las ruinas solo quedó en pie el templo románico, que fue restaurado en 1954 y posteriormente en 1995. La Cuadrilla de Rioja Alavesa promovió estas obras, que contaron con el apoyo de la Diputación Foral. Las obras consistieron en la construcción de un nuevo tejado, la colocación de un nuevo suelo, la instalación de bancos y el adecentamiento del entorno. Así lo señalaba el sacerdote de Laguardia, Antonio Mijangos, en una entrevista publicada en el blog de Rioja Alavesa en septiembre del pasado año. Se da la circunstancia de ser la única iglesia que nos queda de los restos románicos en Rioja Alavesa.
Después de la restauración, se colocó en el templo una imagen de la Virgen del Carmen, en el hueco donde estuvo la titular. La imagen de María fue trasladada a la parroquia de Santa María de Laguardia y viaja hasta la ermita todos los años, cada 8 de septiembre, aunque durante el resto del año permanece una imagen de la Virgen de Berberana
Esta festividad no es exclusiva de Laguardia, sino que está protagonizada por los pueblos de la zona, incluyendo vecinos del otro lado de la Sierra. Todos acuden con la intención de disfrutar de un día agradable en plena naturaleza y de las actividades que se programan.
Las actividades comienzan con la celebración de la Santa Misa en las campas de la Ermita. Para los más pequeños, habrá hinchables, camas elásticas y mesas de ping pong. También se ha anunciado un campeonato de lanzamiento de boina, cuyo ganador se llevará dos jamones. Por la tarde, habrá una comida popular y juegos de mesa, como mus y brisca (campeonatos).
La jornada se prolongará hasta las siete de la tarde, cuando se celebrará una salve popular. Antes, todos los asistentes participarán en una operación de limpieza del entorno para dejarlo tal y como estaba.
Aunque con una previsión meteorológica que no invita al optimismo, todos los riojanoalaveses y amigos que se acerquen podrán disfrutar de esta fiesta en hermandad, haciendo comunidad, porque de eso se trata, haciendo Rioja Alavesa.
Txomin Ruiz.