
Lapuebla de Labarca ya siente la cercanía de las Fiestas de San Bartolomé, programadas del 22 al 26 de agosto de 2025. La figura de Bartolo, símbolo festivo, marca el inicio de días llenos de tradición, música y reencuentros. La alcaldesa, Maite Córdoba en su cálida salutación, invita a disfrutar con respeto y entusiasmo, y recordando a quienes han partido en el último año y destacando el esfuerzo de grupos como la Peña San Bartolomé y el Grupo de Danzas, pilares de la organización. Este año, las celebraciones prometen ser un reflejo de la identidad del pueblo, donde la historia y la convivencia se entrelazan.
Los txupineros de 2025, Naroa Medrano y Eder Nájera son la txupinera y el txupinero de las fiestas de San Bartolomé 2025 en Lapuebla de Labarca. Ambos tienen 18 años y acaban de finalizar 2º de Bachillerato y llevan con orgullo el poder representar a la juventud. “Personificamos la fiesta y celebramos a nuestro patrón junto a todas las edades”, declararon, subrayando la esencia inclusiva de los festejos.
El programa para estas fiestas es muy amplio e incluye entre otros actos, fuegos artificiales multipunto, Euskal Dantzak, animación infantil en la Plaza de El Plano, jotas, maríachis, una comida popular, verbenas, bailes con charanga, encierros de reses bravas y el emotivo entierro de la cuba, cerrando con una traca final que despide las jornadas.
La rica historia industrial de Lapuebla de Labarca enriquece el espíritu de sus fiestas. En los años 80, se recuerda en este programa editado este pueblo se convirtió en un vibrante centro económico gracias a los 143 empleados en empresas como Balmoral y Prefabricados Luz. Fundada por Venancio Urruticoechea, Balmoral destacó en la confección de prendas femeninas, abasteciendo a grandes almacenes como El Corte Inglés con telas provenientes de Barcelona.
Tras su cierre, Prefabricados Luz emergió, especializándose en elementos de hormigón hasta su venta a URALITA. Junto a otras industrias y una próspera agricultura —con 384.000 hl de vino y 750.000 kg de cebada—, el pueblo vivía un auge. Sin embargo, con el tiempo, se subraya muchos jóvenes partieron tras finalizar sus estudios, transformando este legado industrial que hoy evoca un pasado de esfuerzo y progreso.
Con un llamado a la responsabilidad y el respeto —desde cuidar a los menores hasta valorar el trabajo de camareros y músicos—, estas fiestas pretenden invitar a disfrutar de la diversidad y la unión de una celebración que conecta el pasado y el presente, y que deja un legado de alegría compartida.
Txomin Ruiz.