
En primer lugar asegura el consistorio que la planta carece de la capacidad de almacenamiento necesaria, según el escrito, además se requerirían 26.000 m³ para garantizar un manejo adecuado, pero el proyecto solo contempla 16.530 m³. Este déficit podría generar problemas en situaciones excepcionales, como lluvias intensas, picos de producción o fugas, ya que el producto es de manejo complejo y altamente estacional se señala. Por si esto fuera poco esta limitación incumple las normativas que establecen las capacidades mínimas para garantizar la seguridad en dichas circunstancias ha declarado el alcalde de Oion José Manuel Villanueva.
En segundo lugar, el Ayuntamiento destaca una inadecuada evaluación del impacto acústico. Aunque la planta está ubicada en una zona agrícola, alejada de núcleos urbanos e industriales, el proyecto establece un nivel de ruido propio de una zona industrial, con un límite de 55 dB. Según el consistorio, este valor debería reducirse a menos de 45 dB, acorde con el entorno rural donde se emplaza.
Por último, se alerta sobre el riesgo de malos olores que podrían llegar a los municipios cercanos, incluido Oion. Entre los posibles olores, destaca el ácido sulfhídrico, un compuesto extremadamente desagradable y hasta seis veces más tóxico que el monóxido de carbono, lo que representa una amenaza para la calidad de vida de los vecinos.
El alcalde de Oion, José Manuel Villanueva, ha subrayado la importancia de estas alegaciones: “Aunque la planta se ubicará en otro municipio, está claro que podría generar molestias a nuestra comunidad. Por eso, desde el Ayuntamiento exigimos un análisis más exhaustivo de las consecuencias del proyecto para garantizar, antes de su aprobación, que no habrá riesgos para la salud, la fertilidad de nuestros cultivos ni la calidad del agua. Es nuestra responsabilidad proteger a nuestros vecinos y vecinas”.
Txomin Ruiz.